Cómo superar la timidez
Verdaderamente sólo hay un remedio para superar la timidez. Este es el remedio más antiguo, más moderno, más barato, más práctico: decir a todo el mundo, con orgullo, que uno es tímido.¿Para qué darle más vueltas a una cuestión que si se enfoca de esta manera no trae en absoluto ningún quebradero de cabeza como si traen otros remedios que para nada son remedios?
La timidez es uno de los complejos más humillantes que puede padecer el hombre. A pesar de ello es un complejo muy común. ¿Por qué se dá este complejo tanto? Hacerse interrogantes al respecto es meternos a psicólogos y remover el fondo para continuar cada vez más acomplejados. Se puede hacer la prueba: vaya al psicólogo de su ciudad y tal doctorcito los citará 1 o 2 veces por semana y en cada cita le pedirá un mínimo de 50 euros. Estos en cada cita están deseando que pase la hora porque miran de refilón mucho el reloj.
Pasarán 3 o 4 meses y la timidez de usted habrá ido increscendo (eso sí, con un manojo de teorías al respecto) y la cuenta corriente de su doctorcito también. Yo le animo, ¡haga la prueba! Sin embargo, si realmente quiere desacerse de su acusada o menos acusada timidez respalde con su coraje, es decir, lleve a la práctica el siguiente y determinante consejo: haga pública su timidez, no la esconda.
¿Cómo?
1 Paso: Cuando en X circunstancia le embargue la timidez repítase para sí mismo la siguiente frase: "Es muy bueno para mí sentirme tímido en este preciso momento".
2 Paso: Cuando se sienta tímido ante sus interlocutores al punto dígales: "Parezco tímido, ¿verdad?" Y añada: "Sí, yo soy infinitamente tímido en mi relación con la gente." Y termine diciéndoles: "Mire mi timidez. ¿Podré algún día llegar a ser tan desenvuelto y tan extrovertido como usted? ¡Ése es mi sueño!
3 Paso: Comprenda y asuma que la enfermedad de la timidez sólo se supera haciéndola pública en cada oportunidad que se presente. No hay otro remedio. Todo lo demás son ganas de vivir a disgusto, de perder el tiempo, de enriquecer a los supuestos mecánicos de sesera.
Conclusión: Defienda su propia realidad en virtud de hacer pública su timidez. Asuma un inaudito valor moral por medio de civilizar su complejo de timidez. Déjese de perder su tiempo y su dinero consultando a los psicólogos y otras zarandajas.