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Crédito esta palabra tiene su orígen etimológico en el verbo latino credere (creer) y se fundamenta en la confianza, y en el ambiente financiero crédito es sinónimo de préstamo.
Un crédito se trata de una operación financiera en la que un prestador transfiere temporalmente un bien (dinero) para que un prestatario disponga de él durante un lapso de tiempo, que una vez que termine ha de devolver a su prestador junto con unos intereses.
Cada vez que el prestador intercambia un bien presente (dinero) por un bien futuro se genera un desfase entre prestación y contraprestación; este sistema evidencia una confianza (el prestador se conforma con la promesa que le hace el prestatario) y, según sea el grado, la entrega de unas garantías al prestador. El riesgo que éste enfrenta se analiza y decide el interés pagado por el deudor.
Tipos de créditos
Crédito tradicional: en él se contemplan un número de cuotas a convenir que incluyen un seguro por cualquier siniestro involuntario.
– Crédito de consumo: Estos suelen ser préstamos a corto o mediano plazo, de 1 a 4 años, y se usan para adquisición de bienes o cubrir pagos de servicios.
Crédito comercial: vendrían a ser préstamos para empresas que han de utilizar en compra de bienes, pagos de servicio o refinanciación de deudas.
– Crédito hipotecario: Éstos son aprobados a mediano o largo plazo, de 8 a 40 años, y el banco o entidad financiera entrega una cantidad de dinero orientada a adquirir una propiedad ya construída o en proceso de construcción y la garantía de la hipoteca es sobre el bien adquirido o construído.
Crédito consolidado: en este tipo de préstamo se aunan cada uno de los préstamos que pudiéramos estar pagando en uno sólo. Esto permite bajar la tasa de interés en créditos a corto plazo.
Crédito personal: son préstamos para personas físicas, no jurídicas, destinados a comprar un bien inmueble (no propiedad/vivienda) que pueda ser pagado en un plazo corto o medio (1 a 6 años)
– Crédito prendario: Son préstamos otorgados para comprar un bien inmueble que quedará como prenda hasta saldar la deuda con la institución y son préstamos para personas físicas, no jurídicas.
– Créditos para estudios: Son préstamos para financiar matrículas universitarias, postgrados o estancias en el extranjero. Como son para estudiantes, los intereses son más bajos que los de un crédito personal. En España continúan logrando gran importancia; con frecuencia se utilizan más en países como EE.UU y Reino Unido.