Relevancia de la Alcalinidad de los Alimentos para Nuestra Salud
El presente es un escrito en relación a la importancia de los alimentos alcalinizantes del blog “elcuerpo.es”. El mismo nos detalla de forma bastante fácil y exacta cuáles son los valores perfectos del pH, por qué tenemos que conservarlo dentro de un rango bastante preciso, por qué se cambia en ácido debido a hábitos desacertados, la relación con la osteoporosis y diferentes enfermedades y de qué manera se puede restituir el proceso para mejorar drásticamente la salud y llevar nuestro peso a los niveles saludables.
Nos hace ver con detenimiento de qué forma actúa el engranaje de regulación natural y cómo reforzarlo mediante alimentos alcalinizantes. Igualmente nos brinda unas pautas en relación a cuáles son esos alimentos alcalinizantes, los alimentos acidificantes y por qué aquello es de ese modo.
Alcalinidad: llave de la salud
El balance ácido-básico en el cuerpo
Si bien, hemos seguido charlando sobre alcalinidad y acidez, todavía no hemos explicado en qué consisten. Bien, el pH (potencial de hidrógeno) informa el nivel de alcalinidad o acidez, un nivel de 0 indica extrema acidez y si es 14, extrema alcalinidad. El ideal es un nivel neutral de 7.
Miremos a grandes rasgos cómo funciona el mecanismo de acidez y alcalinidad en el organismo. Los sesenta trillones de células que constituyen nuestro organismo, requieren alimentarse, eliminar residuos y renovarse constantemente.
En este rumbo, la sangre ejecuta 2 funciones vitales: llevar a cada una de las células los materiales nutritivos que requieren y remover de ellas los residuos dañinos y ácidos que se crean como fruto de la transformación de los mencionados nutrientes (metabolismo). Gracias al proceso de respiración celular, las células obtienen parte del oxígeno que precisan para sus procesos elementales.
A nivel celular se genera una suerte de combustión interna, debido a que se libera calor corporal. Los desperdicios que se generan en este proceso de combustión, son de naturaleza ácida y han de ser evacuados del organismo a través de las rutas innatas de eliminación (riñones, intestino, piel y pulmones).