Hogar dulce hogar
Vivo al lado de la universidad, en unos [url=http://www.fundamenta.cl/proyectos/santiago]departamentos en Santiago Centro[/url]. Hace tiempo no me relajaba tanto en un lugar. Es acá donde paso más tiempo que en ningún otro punto. Y aunque es pequeño, es mi lugar predilecto de todo el mundo. Es aquí donde hallé la felicidad, el amor y donde comparto cama con quien amo. No preciso más para decir que es mi hogar, algo que todo el tiempo ha sido huidizo.
No te miento cuando te aseguro que he vivido en varios departamentos en múltiples ciudades, muchas las cuales ya ni me acuerdo. El de mi abuela en el complejo de departamento en La Florida.
Parece fácil: mi mayor anhelo está en conseguir que todo lo que quiero se halle en el mismo lugar. Un espacio de amor, afecto, tolerancia y cordialidad. Sin embargo mi familia parece sacada de esas malas películas de los noventa, con padres disfuncionales y los hijos repartidos por doquier.
Me he visto forzada a construir un pequeño hogar en cualquier sitio, viviendo en espacios que se transforman en recintos multipropósito: allí se duerme, se llevan a cabo fiestas, se estudia y se conversa. Siempre he ensamblado mi pieza lo más diligente posible, para de ese modo aprovechar mejor el poco rato que me quedo en un mismo lugar. Es agobiante, está claro. Porque no te quedan ansias de seguir construyendo lazos de afecto que luego te ves forzado a romper. En esos momentos preferiría vivir en una cueva enorme, donde no me moviera ni siquiera para buscar comida.