Un día cualquiera
La rutina amenaza con atraparnos a todos, tiene largos dedos con los que engancharnos. Si bien no podemos evitar que nuestro día a día sea repetitivo, sí que podemos buscar pequeñas satisfacciones que nos ayuden a superarla.
El despertador suena a las seis y media de la mañana y lo apago con furia. Me levanto medio sonámbula, ducha rápida y visita aún más rápida a la página de