Kafka en la orilla
Kafka Tamura se va de casa casualmente el día en que cumple quince años. ¿Por que se va? No hay una sola razón. Las razones son las malas relaciones con su padre, un escultor célebre que cree ciegamente en que su hijo habrá de repetir el colegio porque es un negado. El pobre muchacho, abandonado, desolado y triste, acabará por perderse en su soledad.
La buena o mala suerte, la desgracia o la fortuna, lo llevarán a Takamatsu, donde conocerá la mujer de su vida, una bibliotecaria llamada Saeki.
Kafka en la orilla es una de las mejores novelas de ficción que se conocen, considerada uno de los clásicos contemporáneos, su narración fiel a los lectores, agradable y flexible, se va desarrollando con un constante crecimiento que se percibe claramente con la mejoría del protagonista respeto a su estado psicológico.
Su inicial tragedia y su problema de una vida sin sentido, su mundo prohibido, solitario y su eterna búsqueda de una felicidad que en realidad es inalcanzable, que es más lejana que aquel sueño que siempre lo ha perseguido en sus noches interminables, son los elementos principales, los primeros que se muestran en su mentalidad, en sus pensamientos narrados en forma directa, con un narrador omnipresente algunos momentos, indirecto, en otros.
La perspectiva negativa desaparece con la simple aparición de una persona, de una mujer que cambiará todo lo que hay en el mundo de Kafka, todo lo que hasta entonces había sido maldad y farsa, fealdad y absurdidad.
Con una brillante narración propia y conocida por Haruki Murakami, con unas palabras concisas y directas que nos sitúan en un contexto psicológico único, reflexivo y inteligente, con una perspectiva original y diferente, así es como vivimos la historia del joven Kafka.
Una historia llena de tristes diálogos, de sentidos de vida encontrados a pesar de las tragedias y los problemas del pasado.