Beneficios del consumo de fibra
Una dieta rica en fibra nos protege frente a muchas enfermedades, y recientes investigaciones le atribuyen un papel protector frente a algunos tipos de cáncer, principalmente del aparato digestivo. Pero un consumo excesivo también puede resultar perjudicial. Por ello, es preciso conocer sus propiedades y la cantidad diaria recomendada, según nuestras propias necesidades, para poder disfrutar de sus beneficios incorporándola a nuestros menús diarios.
Beneficios del consumo de fibra:
La fibra es la parte no digerible de los alimentos de origen vegetal. Hay dos clases de fibra: Insoluble y soluble. La fibra insoluble forma mezclas de baja viscosidad con el agua, como el salvado de trigo. La fibra soluble tiene consistencia gelatinosa, por formar mezclas de consistencia viscosa con el agua, como la pectina de manzana.
Una de las principales propiedades de la fibra en nuestra alimentación, y la más conocida, es su poder saciante, por lo que ayuda a controlar la sensación de hambre en las dietas de adelgazamiento.
Pero la fibra aporta, además, otros importantes beneficios a nuestra salud, y por ello es importante conocerlos para aumentar su consumo en nuestra dieta:
Previene algunos tipos de cáncer, como el colorectal, y recientes investigaciones sugieren que puede reducir el riesgo de cáncer gástrico y de mama, si bien faltan todavía estudios que lo confirmen.
Reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, y, en los pacientes diabéticos, una dieta rica en fibra puede ayudar a regular los niveles de glucosa.
Previene y trata muchas enfermedades del aparato digestivo, como el estreñimiento crónico, la diverticulosis o el síndrome de colon irritable.
Las últimas investigaciones le otorgan un efecto cardioprotector, por su capacidad de reducir el colesterol y los trigicéridos. Aunque también faltan estudios concluyentes, los resultados parecen confirmar estos beneficios de la fibra dietética.
Pero hay que tener en cuenta que, pese a los comprobados beneficios que el consumo regular de fibra aporta a nuestra salud, un consumo excesivo puede resultar perjudicial, por lo que es importante consultar con nuestro médico o nutricionista la dosis diaria que debemos consumir. La O.M.S. recomienda tomar 25 g al día, pero en algunos casos esta cantidad puede variar, según la edad (niños, adolescentes, ancianos), el tipo de enfermedad o trastorno a tratar (obesidad, colon irritable, riegos de enfermedad cardiovascular), o algunas circunstancias que pueden aconsejar una mayor o menor ingesta (embarazo, intolerancia a la fibra, etc.).
Si queremos aumentar el consumo de fibra es mejor incorporarla poco a poca a nuestra dieta, aumentando la cantidad progresivamente, si no estamos acostumbrados a consumirla habitualmente. Al principio puede producir gases e inflamación, y es importante ingerir abundante líquido, sobretodo si tomamos la fibra en forma de suplementos, en comprimidos o en polvo, como en el caso de algunos mucílagos que se recetan para tratar el síndrome de colon irritable.
En resumen, la fibra previene muchas enfermedades graves y no debe faltar en nuestra alimentación, pero, al igual que el ejercicio físico, otro gran aliado de nuestra salud, debe ser incorporada poco a poco mediante un cambio de hábitos dietéticos que se deben efectuar paulatinamente para incluirlos en nuestra dieta y disfrutar de sus beneficios durante toda nuestra vida.